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El oro dulce de Granada

Desde que tengo uso de razón, todo lo que he visto me ha impresionado de una manera única y muy intensa, se puede decir que desde muy temprana edad, sentí una pasión por representar la naturaleza, figuras y formas de todo lo que me rodeaba, soy hijo de padres humildes, Dora Cárdenas y Hernando Vanegas, ella es una excelente modista, confecciona los mejores vestidos que he visto, mi padre es un Carpintero y oficial de construcción de alta calidad, gracias a él, tengo una conexión fuerte con la madera.

Nací el 03 de julio de 1991, en el municipio de Salamina Caldas, en mi familia siempre ha existido una inclinación por las artes cómo la música, el dibujo y la pintura, solo sé, lo mucho que he disfrutado observando todo lo que existe, y como empezó mi aventura por las artes plásticas, dónde encontré un lugar en el cual quedarme sumergido por horas dándole forma a mis ideas, a todo lo que se viene a mi mente, “Mi lugar Feliz”.

Mis padres han estado desde el principio acompañándome y enseñándome lo poco que han entendido del arte, mientras yo tomaba confianza en mí mismo, para seguir practicando el dibujo y poco a poco lograr plasmar escenas que me gustan lo más cercano a la realidad. Recuerdo que sentía mucha felicidad cuando ya iba culminar la jornada escolar porque llegaría a casa para adentrarme en el mundo de las líneas, los muchos colores y los dinosaurios acompañados de incontables personajes de anime que en ese tiempo se presentaban en la Tv.

Siempre me dio dificultad asimilar otras áreas como por ejemplo las matemáticas, lo que más me gustaba era lo que veía, yo estaba consciente de que quería seguir dibujando todo lo que pudiera, y preparándome en ello, para convertirse en un gran artista.

En el año 2005 me mudé al municipio de Granada pues mis padres pasaban por una situación difícil, el lugar dónde viviamos se incendió y fue muy difícil volver a recuperarnos económica y emocionalmente, el colegio también demandaba gastos en todo momento, y no pude terminar décimo grado. Nosotros somos 4 hermanos, Manuel, Daniel, Alex y Mateo. En ese entonces mis tías, Francia Helena Cárdenas y Eugenia cárdenas, ya estaban en Granada hace bastante tiempo trabajando en una Floristería, llegaron aquí gracias a un Tío que trabajaba para una empresa de electricidad, en este tiempo cuando la guerrilla tumbaba las torres de energía, ellas llegaron con el sueño de montar una floristería por que mi tía francia había estudiado decoración y un sin número de cosas, ambas también llegaron desplazadas, embarazadas y buscando oportunidades para poder sostenerse, eso fué muy duro, pero salieron adelante, entonces en esos años se ofrecieron a darme el estudio y viajé a Granada. Aunque yo tenía un vago recuerdo de un bus y de haber venido a la edad de 6 años.

En mis primeros años en el municipio de Granada estuve mas que todo dedicado al estudio del bachillerato, llegué a cursar el 10° grado en el colegio Jorge Alberto Gómez Gómez, allí conocí buenos compañeros que poco a poco me fueron ayudando a salir de mi burbuja y ser más sociable por que siempre fuí algo ensimismado y estaba sentado en el puesto de atrás o siempre sólo en los descansos y en la calle. después de un tiempo los profesores y demás compañeros se fueron dando cuenta de mis habilidades artísticas y eso me fue ayudando a obtener reconocimiento dentro del ambiente estudiantil.

Me sentí muy bien acogido en Granada teniendo en cuenta que en mi otro pueblo traté de hacer parte de grupos de la casa de la cultura, pero no lograba que me tuvieran en cuenta, traté de entrar a clases de pintura pero nunca encontré mi lugar en las instancias culturales de dicho municipio, en fin, mi vida transcurría normalmente en Granada y me ganaba algunos pesos haciendo carteleras y tareas de dibujo de otros compañeros, luego empecé a hacer otros trabajos más grandes y avanzados de tipo publicitario y poco a poco la gente me comenzó a identificar como pintor.

Durante un tiempo, ya estando en el grado 11° comencé a trabajar con la técnica del óleo, a explorar y llevar a cabo mis primeros trabajos sobre tela, más que todo pintando naturaleza y poco a poco me fuí interesando por pintar escenas de Granada, trabajé también la aerografía, me fui surtiendo de herramientas que me permitían darle vía libre a mi creatividad, y pinte que pinte... intentando hallar elementos con los que se identificaba la gente en su cotidianidad, las costumbres y actividades económicas principales que ocurren tanto en la zona urbana, cómo rural.

Me fuí dando cuenta entonces que Granada es un pueblo rural, porque comparado con el casco urbano, la zona rural es demasiado extensa, tiene 52 veredas divididas en 5 cuencas por algunos ríos, contando con diferentes climas en los que se pueden producir todo tipo de cultivos, mi viaje apenas comenzaba, empecé conociendo el corregimiento de Santa Ana, que queda a una hora y media de la zona urbana, hice varios murales allí en el año 2012.

Mientras yo aprendía y me iba enamorando de este municipio a la gente le parecía raro ver tantas cosas que yo pintaba del pueblo, cómo los paisajes, su biodiversidad y cuando hablaba con algunas personas en la calle me decían: “Acá no hay nada para hacer, los muchachos se gradúan cada año y es muy poco el que se queda acá, por que no hay trabajo, no hay oportunidades”

Es claro que Granada fue uno de los epicentros de la violencia que ha azotado a colombia durante muchos años, por parte de las guerrillas y grupos armados como paramilitares y demás, pero el granadino siempre ha tenido una fuerza de lucha que es de admirar, no sé deja caer por las adversidades y si usted no tiene forma de comer entre todos miran haber como le organizan el almuerzo con todo el gusto.

Siempre me he propuesto ser un buen artista, en ese tiempo me estaba dando a conocer por medio de los diferentes trabajos de pintura que me salían, gracias a eso he conocido más de la mitad de las 52 veredas que tiene el municipio.

El viaje en chiva o “carro escalera” cómo le dicen acá, es toda una aventura, pasa la gente en el capacete rozando con los dedos las ramas de los árboles y cogiendo algunas guayabas en algunas curvas, eso fue una vez que venía con una torta de chócolo que acá le dicen “tapao” con la que me devolvía doña “Pureza” desde el corregimiento de Santa Ana, aquí he recorrido varias montañas y aprendido de la cultura granadina de señores arrieros que se reúnen los fines de semana en el café “las gardenias” a tomarse el primer tinto de la mañana.

En el año 2009 después de mi graduación, me dediqué a trabajar en lo que pudiera, avisos de negocios, obras, maquetas, hasta que comencé dictar unos talleres de dibujo y pintura con una fundación pequeña llamada “casa del niño y la niña” dónde obtuve muy buenas experiencias con los niños y jóvenes sobre cómo enseñar y eso me dejó muy motivado a seguir transmitiendo lo que yo sabía. De manera que en el 2011 me llamaron desde la casa de la cultura para empezar a dictar talleres a la comunidad y fue así cómo me convertí en profesor de artes de Granada.

He trabajado durante varios años con la instancia cultural, enseñando los conceptos básicos de las artes plásticas, cómo el dibujo, la pintura, el color y las formas, promoviendo el arte en niños, jóvenes y adultos, fomentando en pensamiento creativo, dándome cuenta que aunque hay demasiado potencial acá, mucha fuerza de trabajo y calidad humana es un pueblo que en términos culturales, sociales y económicos, presenta un atraso con respecto a otros territorios por distintos factores cómo la guerra, el desplazamiento y por supuesto el abandono estatal, los estudiantes al graduarse deben irse a buscar oportunidades en la ciudad por que el empleo es limitado.





Cómo le decía un señor a otro en la vereda el Edén de Granada:

¿para dónde va ome Arturo?

voy a la finca a sembrar un frijolito.

– Bennditoo sea mi Dios.




Puedo asegurar que he crecido bastante académicamente con la oportunidad que se me ha brindado en esta profesionalización de artistas, pués desde la materia de laboratorio de creación, comenzamos una búsqueda intensiva en los territorios por identificar y reconocer las prácticas tradicionales que más relevancia han tenido en cada municipio, ha sido una labor ardua, intensa pero demasiado interesante.

En mi caso puntual, desde que comencé mi investigación e identificado algunos quehaceres tratando de poner en la balanza lo que significa para las personas del municipio estos oficios, porque desde mi impresión observaba como algunos campesinos tejían sus canastos de fique que extraían de los bejucos y con esas fibras le daban forma a diversos canastos de diferentes tamaños, y aunque es un producto artesanal muy laborioso, me di cuenta que no hacía tanto eco en los granadinos, pues son muy pocos los que conocían este tipo de oficio y de los señores que lo realizaban, queda solo unas dos personas, además está muy limitado poder conseguir la materia prima para obtener las fibras porque proviene de los bosques y muchos campesinos no dejan que se extraigan esos bejucos.

luego me dispuse a conversar con el señor MARIO GÓMEZ hijo de estas tierras, historiador y director cultural en un tiempo,contándole que yo estaba buscando la práctica tradicional más importante de Granada, de manera que él me contaba que en granada se han llevado a cabo diferentes oficios al pasar del tiempo, cómo por ejemplo que la cerámica tuvo algunos inicios en Granada porque unos colonos de marinilla ya habían encontrado algunos materiales en una zona cercana del municipio de granada llamada vereda “las vegas”, sin embargo era un rastro muy débil de una práctica que aunque tuvo relación con este territorio tampoco estaba tan marcado en los imaginarios de sus habitantes.

Estaba muy pensativo porque mis colegas ya habían elegido su objeto de investigación en sus territorios y yo aún seguía buscando en el pajar de un panorama incierto, esas memorias latentes de una práctica que traspasara la historia, desde tiempos inmemoriales. Don Mario Gómez también me habló de unas familias que en los tiempos de la arriería solían fabricar herraduras con un sistema de fragua, y que hubo algunos talleres aquí pero también desaparecieron sin dejar rastro que seguir, es muy curioso todo este viaje, porque cuando preguntaba a la gente foránea, que para ellos cúal era la identidad de Granada me respondían que la violencia, pues cuando uno habla de este pueblo lo más normal que digan es “ Eso por allá es caliente” mataron mucha gente.

Entonces estuve varios días reflexionando, pensando y organizando mis ideas, yo no estaba de acuerdo con que Granada fuera solo violencia, ahora el panorama es muy distinto y se respira un ambiente de tranquilidad. entonces decidí volver a empezar y re evaluar algunas de las prácticas ya mencionadas y abordar el campo, los cultivos, hasta llegar al tema de la caña de azúcar, que estuvo ahí todo el tiempo pero yo no había logrado percatarme de que la panela está en todo, eso fué lo único que no desaparece, ni con el ruido fusilante de las balas, por que los campesino en plena guerra siguieron moliendo caña, con dificultades y penurias pero nunca se dejó de producir, las moliendas han tenido un proceso increíble de transformación que me mostraron esa lucecita para empezar mi investigación convirtiéndose en una de las prácticas más importantes de este mágico territorio.

El señor historiador MARIO GÓMEZ, ha sido un apoyo importante para mi desde que empecé a investigar y aprender cómo surgió el trapiche, por que al principio se originó de forma muy manual y rudimentaria, los campesinos construyeron el primer artefacto elaborado de madera que contaba con dos rodillos que se iban moviendo a lado y lado, para triturar las primeras cañas con un esfuerzo increíble, y se le apodó “el amansa yernos” por que cuenta la historia que si un muchacho de la vereda, le gustaba la hija del patrón de una finca, esté muy amablemente lo invitaba a su casa a moler caña, de esa forma medirle el cabresto y darse cuenta si el muchacho tenía la fortaleza necesaria para estar con su hija y ganarse el lugar de “yerno” inicialmente producir el guarapo, fué una necesidad para el sustento de las familias, estamos hablando de los años 1.807 desde que el padre Jorge Ramón de posada celebró la primera misa en la vereda las vegas, antes de que llegara la electricidad les tocaba mover dos masas de hierro con un sistema llamado “mallal”, movido por dos mulas en forma circular y fue así como se fue transformando la idea del trapiche, surgieron las moliendas y empezó a producirse la panela en Granada.




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