Desmemorial
Un manual para el olvido
Voces que se silencian
Algunos músicos del municipio nos relataron que antes de que llegase la luz eléctrica a Ciudad Bolívar Antioquia, y aún cuando ésta era apenas un cocuyo que lograba marcar caminos en el alumbrado público, el parque principal era ya el punto de encuentro indiscutible para numerosos grupos de serenateros o merenderos; hombres que con sus instrumentos en mano se disponían a ser el evento central de los jolgorios familiares, las citas de conquista o reconciliación al pie de un balcón de madera, animar los pasillos o corredores de fincas en noches de chocolatada, o quizas también a ser el alma de la fiesta en una de las cantinas o bares que abrían las 24 horas en el pueblo.
Estos músicos autodídáctas, aprendices de sus abuelos, padres o amigos, que de forma escasa escribían el abc, resonaban con sus cuerdas y sus voces, melodías de bambucos, pasillos, guabinas , boleros, vals o carrileras entre otros; para con sus cantos, inundar de belleza y emociones a quienes les rodeaban y contraban sus servicios.
De estas tradiciones quedan pocos vestigios hoy en el municipio, algunas voces cansadas que tratan de resonar entre el bullicio de los bares, otros tantos que desde su casa atienden los pocos llamados, y algunos otros que solo revivien estas desde sus memorias esta tradición de antaño.